sábado, 22 de agosto de 2009

EL CALIBRE DEL ABANDONO

La bala atraviesa las miradas.
La gama del verde se disipa.
El revólver trajo sombras.
El lóbrego abismo, destruyó.
Destruyó la amistad, destruyó los colores;
sólo queda un marrón regular.
La amenaza se marchó sin pedir permiso.
Cuarenta y cinco. Veintidós.
La confianza se fue y yo atrincherado.
Me siento mal, la muerte se llevó todo.
Un estallido me despertó.
Componerlo ya no puedo.
No se puede arreglar un jarrón roto.
Pólvora. Rifle. Fusil.
La niebla se disipa, y puedo ver con claridad el tamaño de mi error.
Cronos