La bala atraviesa las miradas.
La gama del verde se disipa.
El revólver trajo sombras.
El lóbrego abismo, destruyó.
Destruyó la amistad, destruyó los colores;
sólo queda un marrón regular.
La amenaza se marchó sin pedir permiso.
Cuarenta y cinco. Veintidós.
La confianza se fue y yo atrincherado.
Me siento mal, la muerte se llevó todo.
Un estallido me despertó.
Componerlo ya no puedo.
No se puede arreglar un jarrón roto.
Pólvora. Rifle. Fusil.
La niebla se disipa, y puedo ver con claridad el tamaño de mi error.
Cronos